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HISTORIA ECONÓMICA, DESARROLLO E INTEGRACIÓN REGIONAL

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La discusión sobre el desarrollo económico, sobre las escuelas y propuestas de implementación de políticas en esta línea, con asuntos que no pierden vigencia dentro de la región. Así mismo, resulta impensable plantear alguna solución o propuesta que tenga como objetivo dicha discusión y que no aborde, de alguna manera, lo imperativo de una integración latinoamericana.

Estos dos elementos, el desarrollo económico y la integración regional, están ampliamente vinculados a tendencias de larga duración. Es por ello, que esta sección pretende abordar desde la historia económica algunos hechos y fenómenos particulares de América Latina, así como aportar insumos para los debates que aún siguen abiertos frente a las posibilidades de un desarrollo incluyente y sostenible. 

Repercusiones y consecuencias para Latinoamérica del nuevo gobierno en Brasil

Por: Raphael Teles Oliveira

Entrevista realizada el 13 de diciembre de 2018.

En esta ocasión presentamos una entrevista sobre la elección de Jair Bolsonaro en Brasil con el economista brasileño Niemeyer Almeida Filho, profesor titular de la Universidad Federal de Uberlandia en Minas Gerais, miembro de la dirección de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento Crítico (SEPLA) y vicepresidente para el Brasil de la World Association for Political Economy (WAPE). Hoy habla con nosotros sobre las repercusiones y consecuencias para la región del reciente cambio de gobierno en Brasil.

 

¿Qué representa en términos políticos y económicos para América Latina la elección de Bolsonaro en Brasil?


Bolsonaro surge como radicalización de un proceso que ya venía sucediendo en Latinoamérica, en el seno de las respuestas que las sociedades nacionales dieron a la Crisis de 2008. La evaluación que hago, a la luz de las discusiones que he tenido en SEPLA, de la cual participo como uno de los miembros de la junta directiva, es que se intensificó la lucha de clases impulsada por las exigencias del capital en búsqueda de nuevas oportunidades de acumulación a escala global. América Latina (y particularmente Brasil) es una región en la que el desarrollo capitalista no ha alcanzado todavía su potencial. El desarrollo aquí se piensa como aumento de la complejidad social, sin ninguna connotación necesaria de progreso. Su contenido es de expansión de la actividad privada para todas las dimensiones de la vida social. Así, hubo movilización de clases a nivel nacional para eliminar barreras a ese tipo de desarrollo. Con el ascenso de Bolsonaro se fortalece la articulación en espacios de cooperación regional siempre a favor del capital.


¿Qué cambia en la política exterior con Bolsonaro y cómo se puede afectar a los países de la región?

Las primeras señales de la política exterior del Gobierno Bolsonaro son de prevalencia de adhesión ideológica en el contexto de las relaciones norte-sur (en detrimento de las relaciones sur-sur). Hay signos de que el pragmatismo que marcó la política exterior brasileña se sustituye por alineamiento a la política estadounidense, sin ningún tipo de negociación. En los gobiernos petistas de Lula y Dilma la política externa ganó por lo menos algún grado de diversificación, con algunos intereses sur-sur colocados en la agenda política. Todo esto parece cambiar ahora, con posible pérdida de importancia de la política comercial en una perspectiva económica de ultraliberalismo.


Sobre las relaciones sur-sur, ¿cómo ven los brasileños el anuncio explícito de que la integración latinoamericana no es una prioridad?

Aparentemente, no hay ningún tipo de concientización interna sobre este tema, mucho menos sobre movilización social. La política exterior no logra un papel de importancia social significativa para una sociedad de grandes desigualdades y en la que los temas sociales más inmediatos, como la salud y la educación, no están mínimamente resueltos. La relevancia de la integración está siempre vinculada a los intereses comerciales que todavía están aparentemente en segundo plano.


¿Es posible que en esta coyuntura se generen nuevas relaciones y arreglos de integración regional que prescindan del liderazgo de Brasil?

Entiendo que no, porque Brasil tiene un peso decisivo y ahora muy alineado a los intereses americanos. Pienso que está en curso un aislamiento de los gobiernos progresistas. También hay expectativas frente a lo que va a pasar con México en el Gobierno de Andrés López Obrador, aunque en términos de cooperación este país está muy vinculado a lo que ocurre en EE. UU. Es posible que se intensifiquen las políticas antidrogas y los acuerdos militares.
 

Respecto a la situación internacional y una eventual transferencia de la Embajada Brasileña en Israel de Tel Aviv a Jerusalén ¿qué tipos de consecuencias puede traer para el comercio de proteína animal? ¿existe la posibilidad de una transferencia de la participación de Brasil en este mercado a otros países de la región?

Mi expectativa es que este tema quede al menos aplazado. El tamaño relativo de Israel, en la balanza comercial brasileña, si se compara con los países árabes y aliados, incluyendo ahí a Rusia, es demasiado pequeño. Ya se producen manifestaciones contra la transferencia de la Embajada, con amenazas de posibles sanciones comerciales y diplomáticas, sanciones relacionadas a los intereses brasileños de algún protagonismo internacional. Pero no se sabe si esos intereses permanecerán en la nueva política exterior.

 

Partiendo de la visión de que la agenda Bolsonaro es una agenda como la de Temer, pero más acentuada ¿se sostiene la propuesta de los cortes ministeriales? El ministerio de la industria, por ejemplo, todavía aparece adjunto al de economía, que según especialistas y los industriales, no tendrá como organizar tantas demandas ¿Cuáles serían las implicaciones para el manejo interno?

 

En el momento que Bolsonaro anunció a su ministro de economía (“superministro”, único a responder cuestiones de economía), evalué que la composición del equipo no se sustentaría. Hay seis ministros de origen militar. Es tradicional en la agenda militar la elección de sectores estratégicos, especialmente infraestructura y seguridad. Creo que la profundización del ajuste, impondrá límites aún mayores al dinamismo. ¿Cómo reaccionarán los sectores organizados de la economía? La expectativa electoral que se creó es de una demanda de respuesta rápida que, entiendo, no ocurrirá, aumentando por lo tanto la tensión social. Analistas de la política brasileña evalúan que el equipo de Bolsonaro no resistirá a la negociación necesaria del Gobierno con el Congreso. Veo con mucho pesimismo el primer año de este nuevo gobierno.


Las cuestiones ambientales son un aspecto muy relevante de las discusiones internacionales actualmente, sin embargo, Bolsonaro no las destacó en su programa. ¿Cómo la ausencia de una agenda ambiental que coincida con los principales acuerdos internacionales y consensos de la comunidad científica, puede convertirse en una consecuencia negativa para América Latina y el resto del mundo?

En cuanto a cuestiones ambientales, Brasil tiene enorme relevancia en la región, por la dimensión de la Amazonia en su territorio. El ministro de Medio Ambiente del Gobierno Bolsonaro fue el último en ser elegido, pues una de las fuerzas importantes de sustentación de su candidatura a la presidencia fue la bancada del agronegocio. Este grupo de diputados y senadores ven las políticas de preservación ambiental como obstáculo a la expansión del desarrollo capitalista en los términos que tratamos en la primera pregunta.

En función de la alineación que la política exterior brasileña esboza, existe el peligro de profundización de la "visión Trump", que consiste en priorizar lo que serían los intereses internos constituidos, como los de la bancada del agronegocio; y me parece que si Brasil se va en esta dirección, otros países podrán con facilidad acompañarlo, con evidente retroceso en las negociaciones internacionales en favor de un modo de vida menos agresivo a la naturaleza y la sociedad.

 

¿El Gobierno Bolsonaro parece sintonizado con la naturaleza del mundo contemporáneo, incluido la economía, la cultura y la política?

 

Mi impresión actual es que el presidente electo y ahora diplomado Jair Messias Bolsonaro es primitivo en diversas cuestiones de Estado. El mundo contemporáneo es complejo en varios sentidos. Estamos cerca de cumplir 30 años de la superación de la Guerra Fría y de la división del mundo en dos órdenes sociales, o dos ideologías, que fueron capaces de separar el planeta en dos partes. El capitalismo contemporáneo, profundizó en niveles inéditos el grado de integración de las sociedades y economías nacionales, incluyendo ahí procesos que la CEPAL denomina “gravitacionales”, es decir, procesos que superan los límites de la jurisdicción nacional. El Gobierno de Bolsonaro parece desconocer o relegar esa naturaleza del mundo contemporáneo al recuperar políticas y posicionamientos de retroceso en relación con el avance civilizatorio posible. Por ejemplo, ensaya traer al ámbito de gobierno una lógica religiosa, contraria a la concepción de un Estado laico. Otro aspecto: propone ultraliberalismo para solucionar el estancamiento de la economía, con amenaza de privatizaciones generalizadas. Verbaliza una referencia al período de la dictadura de Pinochet, desconociendo en la práctica las diferencias de dimensión e historia entre Chile y Brasil, además de la cohibición de la libertad y de los derechos civiles. ¡Nada parece sugerir que tendremos avances civilizatórios!

Bolsonaro

Chile, el Cono Sur y la CEPAL

Entrevista a Ricardo Ffrench-Davis

Por: Federico Nastasi, Giuliano T. Yajima y Lorenzo Nalin

Entrevista realizada el 1 de agosto de 2018.

La versión original de esta entrevista se encuentra en italiano en el sitio internet Sbilanciamoci.info

Nos encontrábamos en Santiago de Chile, en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y tuvimos la oportunidad de entrevistar a uno de los principales economistas del país, Ricardo Ffrench-Davis. El director de la Escuela de Verano de la CEPAL, Gabriel Porcile, un uruguayo con dos ojos luminosos y gran apasionado de la historia política de la izquierda italiana, lo presentó como la prueba ontológica de la existencia de Dios, después de aquella proporcionada por el Santo Anselmo.

El milagro en este caso fue que Ffrench-Davis pudo haberse convertido en uno de los Chicago Boys, pues estudió en la universidad de Chicago entre 1950 y 1960. Pero no fue así. El intelectual chileno no siguió a sus connacionales, alumnos de Milton Friedman, en la realización del experimento chileno neoliberal después el golpe militar de 1973 y ha mantenido un espíritu crítico respecto a la idea de que “el mercado soluciona todo”. Resultado de su amplia investigación sobre este asunto, recientemente, publicó una nueva versión de su libro, “Reformas Económicas En Chile (1973- 2017)”,  en la que incorporó un análisis de la evolución macroeconómica del país. Este fue el punto de partida de nuestra entrevista:


1. Refiriéndose a los años de la dictadura militar, se habla de la economía chilena como una historia de éxito, Milton Friedman lo llamó un milagro, una economía moderna en crecimiento, con algunos sectores dinámicos, sobre todo aquellos ligados a las exportaciones, aún con niveles importantes de pobreza y desigualdad. ¿Tuvo razón Friedman, al menos respecto de los sectores más innovadores?


La dictadura hizo reformas profundas, basadas en la idea de que el mercado favorece el desarrollo económico. Por lo tanto, fue creado un Estado pequeño, con impuestos mínimos sobre el capital y sobre el trabajo. La estructura social chilena fue, y todavía es, muy heterogénea, con pocas personas muy ricas y altamente educadas y con una mayoría de la población que se encuentra en una situación opuesta. Se ha abusado de la razón de los pocos. Al final de la dictadura, en 1989, la redistribución de la riqueza era más concentrada con respecto a 1973. En los dieciséis años de Pinochet, el 10% de la población vio aumentar su propia riqueza, mientras que para el 90% restante se redujo. Podemos hablar de un milagro al revés, el régimen fracasó en uno de los objetivos más importantes de la política económica, en la distribución de la riqueza.


Después del golpe, los sindicados fueron abolidos, sus jefes muertos o encarcelados, los profesores que no enseñaban teorías neoliberales en la universidad fueron expulsados. Esto se hizo en nombre de la libertad, pero fue lo opuesto a la libertad. La libertad tiene que ser redistribuida, la libertad concentrada entre pocos es esclavitud para muchos. Alguien podría objetar que la riqueza en su conjunto aumentó y la productividad creció, pero esto no es cierto. En la década anterior al golpe, el PIB  creció a una tasa anual del 4%, con dos gobiernos democráticamente electos. Por otra parte, el crecimiento durante los 16 años de dictadura fue del 2.9%. El resultado suena aún más decepcionante si se piensa que durante la dictadura los decisores políticos  tuvieron el poder absoluto, pudieron hacer lo que quisieron sin obstáculos, sin oposición. Esto demuestra que la política económica de la dictadura fue peor que la de la democracia.


2. La herencia principal de la era Pinochet fue la Constitución del 1980 y la prescripción de un papel limitado del Estado en el campo económico. En una reciente entrevista, citando a Fukuyama, usted dijo que no hay desarrollo económico sin un Estado fuerte. ¿Cómo puede desarrollarse económicamente Chile sin solucionar esta contradicción?


El Estado de Pinochet fue fuerte en la limitación de libertad y decepcionante en los resultados económicos obtenidos. A diferencia de los capitales, las ideas no pudieron circular libremente. Hoy en día muchos economistas afirman que la circulación de capitales tiene que ser reglamentada para favorecer la producción de bienes públicos: escuelas, calles, hospitales.

El Estado chileno es hoy todavía débil, el peso de los impuestos sobre el PIB fue del 15% y estamos llegando al 21%. Estamos muy lejanos de los estándares de la Europa occidental, dónde los impuestos son aproximadamente el doble. Estos recursos permitirían al Estado crear muchos servicios para los ciudadanos. Sirven gobiernos fuertes, no porque tienen la barriga grande, sino porque tienen buenos músculos para conducir la sociedad, para armonizar los intereses. Esta es la idea de Fukuyama, que ha querido rectificar en su tesis sobre el fin de la historia de 1992, reconociendo su error y afirmando que por estos tiempos confusos el papel del Estado tiene que volver a ser central.


3. Este año la CEPAL celebró 70 años de su institución; ¿cuáles son sus principales éxitos? ¿A lo largo de este periodo, el continente latinoamericano  ha logrado reducir la brecha con los países desarrollados?

Se han observado muchas fases diferentes: al principio, en 1950, había un vacío de centros de investigaciones en América Latina, y la CEPAL representó un punto de referencia compuesto por un grupo de fuertes pensadores, Raúl Prebisch, ante todo una mente original además de sabia y luego Aníbal Pinto, Osvaldo Sunkel, Celso Furtado, para sólo citar los principales. Fue la “edad del oro” de la CEPAL, en la que desarrolló muy bien su tarea, donde ayudó a América Latina durante al menos tres décadas, desde los años 50 a los 70. Durante estas dos décadas, América Latina creció a una tasa promedio de 5,5%, con la excepción negativa de Chile, como dije antes. Este crecimiento se debió mucho a las ideas desarrolladas en la CEPAL, entre otras, y a la política de sustitución de las importaciones. En la década de 1980, hubo una vigorosa renovación del pensamiento económico y una gran producción de estudios, centrados principalmente en la crisis de la deuda soberana. Durante ese momento la CEPAL fue la principal fuente de datos macroeconómicos en la región. 

 

Sin embargo, en los años 90, cuando prevalecieron las ideas del Consenso de Washington y el neoliberalismo, el debate económico se volvió más elitista. El lema de aquellos años fue: "the market knows", mientras que las ideas Keynesianas se vinieron progresivamente abandonadas. La CEPAL constituyó una voz crítica relevante. Por ejemplo, sus publicaciones entre el 94 y el 95 advirtieron de los efectos adversos de una extrema liberalización financiera. En aquella década, las ideas aquí elaboradas encontraron espacio en los primeros gobiernos democráticos chilenos. La economía creció en promedio más de 7%, se redujo la inflación, el desempleo y la desigualdad. El salario mínimo aumentó entre un 6 y 7% anual,  y también se redujo la brecha de género. Eso también ocurrió porque la CEPAL constituyó un espacio de libertad en este país durante la represión militar. Después del golpe, muchas personas, incluso dentro de las Naciones Unidas, querían trasladar la oficina a otra parte, se pensaba en Argentina, pero dos años más tarde llegó la dictadura. Hace algún tiempo, Enrique V. Iglesias, secretario ejecutivo de la CEPAL entre 1972 y 1985, nos contó sobre sus esfuerzos para mantener a la CEPAL en Chile. Creo que fue un acto muy importante. En ese momento nos invitó a nosotros, miembros de la oposición, a la Comisión para explicar nuestras ideas económicas e incorporarlas a los informes oficiales, desafiando la represión gubernamental. En última instancia, la CEPAL ha sido muy importante para la democracia en este país .

4. Hoy en día la globalización está en un cambio profundo: los países fundadores del modelo, el Reino Unido y los Estados Unidos, están avanzando hacia políticas nacionalistas y proteccionistas, mientras que una economía no de mercado (según la definición de la OMC) como China, se presenta como el exponente del libre comercio ¿Qué ha cambiado en la estructura económica mundial y en el pensamiento económico?

Creo que hoy prevalece una sensación de desplazamiento. Sin embargo, en mi profesión, la crisis ha traído algunos beneficios. Yo menciono a menudo un documento de trabajo de la oficina de investigación del Fondo Monetario Internacional, publicado durante el período de actividad de Olivier Blanchard, en el que la tesis principal fue “we were wrong”. Hoy muchos de los economistas más influyentes están buscando nuevas ideas: tanto los premios Nobel como Stiglitz, que siempre ha mantenido una visión poco convencional, y otros economistas más moderados, quienes ahora están cuestionando el tema del desarrollo y la inclusión, reconociendo los riesgos de un aumento de la desigualdad de ingreso. Si es cierto que por un lado ha habido una convergencia absoluta entre los países individuales, por otro lado, la distribución definitivamente ha empeorado dentro de los países desarrollados, mientras que nuestra región sigue siendo la más desigual del mundo.

El informe anual de CEPAL se publicará en dos semanas, presentando una sección interesante sobre por qué América Latina invierte tan poco en términos reales, No podemos consumir demasiado si producimos muy poco, por lo que necesitamos inversiones en innovación, productividad y mejor educación. Necesitamos el apoyo específico del Estado para todas estas actividades, un apoyo que no puede ser reemplazado por donaciones privadas. Sin embargo, la globalización de bienes y servicios representa solo uno de cada cuatro dólares de la producción mundial y es por eso que muchos estudios ahora se están enfocando más en la estructura interna, ya que existe una fuerte externalidad entre esta y la apertura comercial. No queremos enclaves que produzcan en el extranjero, sino empresas que puedan transmitir sus conocimientos a la economía local. Y también en lo que respecta a la globalización de las inversiones productivas, un dólar de cada diez está representado por inversiones extranjeras directas, mientras que el resto proviene de recursos nacionales. La globalización más importante de los últimos 30 años ha sido la de las finanzas y esta última apenas está conectado con inversiones reales e innovación. De hecho, la única innovación de este tipo de globalización es la de cómo especular mejor, el "aprender a especular".

Se están discutiendo nuevas ideas en los principales centros académicos e instituciones internacionales, pero el cambio es un proceso lento. Olivier Blanchard puede haber modificado las visiones de 10 o 12 economistas principales, pero hay miles que aún no han cuestionado sus ideas. Sin embargo, hace 15 años había mucho más conformismo que hoy: fue el período de gran moderación, en el que los economistas pensaron que habíamos encontrado la verdad. Hoy las nuevas generaciones de estudiantes tienen una visión diferente de los hechos económicos, están interesados en temas que anteriormente estaban marginados, como el neo-estructuralismo y la economía heterodoxa.

5. Cambiamos nuestra mirada hacia el viejo continente y hacia Italia, donde sopla un viento nacionalista y de derecha, con episodios cada vez más frecuentes de racismo. Una noción del sociólogo estadounidense Furedi sobre la "cultura del miedo" que se ha establecido como "estado de sentido común" se ha vuelto a poner de moda. Como economista, ¿cree que es inevitable que una crisis económica lleve a fenómenos sociales como el egoísmo, el miedo y la intolerancia?

¡Es una pregunta no para economistas! Creo que el fenómeno europeo tiene dos problemas principales:. Uno de estos es la inmigración ilegal. Estoy a favor de la regulación de todas las principales variables macroeconómicas, así como de los flujos migratorios. También creo que resolver el problema de los países pobres con inmigración es imposible y potencialmente destructivo. En ese sentido, la cooperación para el desarrollo (que no es el adoctrinamiento neoliberal como lo fue en el pasado) es fundamental. El segundo problema es la financiarización. El peso excesivo del sector financiero ha desempeñado un papel negativo para el desarrollo económico y para las personas y las empresas afectadas por la crisis. 

En general, la mayor parte del descontento se dirige a partidos extremos, tanto a la derecha como en Francia y a la izquierda en España, hasta llegar al caso italiano donde pasó lo que pasó. A Chile no le ha faltado un crecimiento de la extrema derecha, pero el descontento se ha dirigido más hacia la extrema izquierda, en detrimento de la concertación, la coalición de centro-izquierda.

Todo esto, en mi opinión, tiene que ver con la inercia, la lentitud en la resolución de problemas, que especialmente en la política económica puede llevar a consecuencias graves cuando uno decide no actuar. El tema más importante a abordar es el peso excesivo de las finanzas, que impone una restricción a las políticas públicas a través del riesgo de degradar el país. Es la idea de no hacer las cosas porque de lo contrario, obtienes una baja calificación de las agencias de calificación, las mismas que estaban completamente equivocadas con los bancos de Estados Unidos en 2008 y con Chile en los años de la dictadura.

 

Debemos liberarnos de esta filosofía, y ¡Pucha, que difícil es!

Chile, el Cono Sur y la CEPAL
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